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martes, 25 de noviembre de 2008

Verdaderos Artistas



Francisco de Zurbarán (*Fuente de Cantos, Reino de Sevilla (España); 7 de noviembre de 1598 – † Madrid (Id.); 27 de agosto de 1664), pintor del Siglo de Oro español.

Contemporáneo y amigo de Velázquez, Zurbarán destacó en la pintura religiosa, en la que su arte revela una gran fuerza visual y un profundo misticismo. Fue un artista representativo de la Contrarreforma. Influido en sus comienzos por Caravaggio, su estilo fue evolucionando para aproximarse a los maestros manieristas italianos. Sus representaciones se alejan del realismo de Velázquez y sus composiciones se caracterizan por un modelado claroscuro con tonos más ácidos.

Verdaderos artistas



Diego Rodríguez de Silva Velázquez nace en Sevilla y es bautizado en la iglesia de San Pedro el 6 de junio de 1599. Su padrino fue Pablo de Ojeda, quizá pintor de imaginería. Sus padres, Juan Rodríguez de Silva y Jerónima Velázquez, eran los dos sevillanos y pertenecían a familias distinguidas con algunos recursos económicos y tradición de nobleza.

Verdaderos Artistas



Bartolomé Esteban Murillo (Sevilla, 31 de diciembre de 1617 – Cádiz, 3 de abril de 1682) fue un pintor español del siglo XVII. Es una de las figuras más importantes de la pintura barroca española que, tras haber decaído en estimación a principios del siglo XX, vuelve a gozar de importante reconocimiento mundial.

Niños de la calle

No les gusta que los llamen "niños de la calle", esos niños, que a menudo viven, o
mejor que sobreviven en ruptura total con su familia, en escombreras, en estaciones
o debajo de los puentes de autopistas en la mayorìa de las grandes ciudades del
Tercer Mundo.
No dudo ni un instante que encontraràn otro apellido para distinguirse. Lo cierto es
que existen y que a menos de ser totalmente insensible, se trata de hacer algo por
ellos.

Definiciòn:

Un niño de la calle es
un niño, que entonces tiene menos de quince años
que vive y duerme en la calle,
en ruptura con la familia,
donde no puede o no quiere volver.

Un niño de la calle no es un niño que juega en la calle durante el dìa.
Un niño de la calle, no tiene la "suerte" de ser un niño que trabaja.
Un niño mendigo no es a fuerzas un niño de la calle, tampoco lo es un
delincuente o un niño pobre.

Un niño que vive en la calle con sus padres no es un niño de la calle.
Por el contrario, un niño que pasa todo el tiempo despierto en la calle
y que vuelve solo para dormir muy tarde en la noche en casa de sus
padres quienes no se ocupan de èl, puede ser un niño de la calle.

Es difìcil imaginar el sufrimiento de estos niños, a menudo chiquitos (ocho a doce años),
demasiado jòvenes para trabajar, hambrientos, golpeados, encarcelados (a veces con
adultos) por delitos menores.

El hambre, la suciedad, la enfermedad, la soledad, la delincuencia, la violencia, son
problemas inmediatos que tienen estos niños y que necesitan una acción urgente.

La soledad por ejemplo, es sin duda, el mayor problema de estos niños.

Cuando el niño se vuelve enfermo, ¿quièn se preocupa por èl? ¿dònde puede curarse?
Sin tomar en cuenta las heridas psicològicas que son quizàs las màs importantes.

Los que ya no tienen a sus padres quisieran poder hablar con un adulto y no ser
constantemente rechazados con indiferencia. Cada hombre necesita amor, con mayor
motivo los niños de la calle. A veces basta una sonrisa.

Existen problemas màs a fondo en estos niños que tambièn necesitan una soluciòn, tales
como: el analfabetismo, la falta de perspectivas en el porvenir, la falta de formaciòn
profesional, la marginalidad y quizàs la màs importante, la falta de cariño.

Lo sabemos, si no nos preocupamos por ayudarlos o si fingimos hacerlo, si hablamos sin
actuar, muchos niños de la calle moriràn y los sobrevivientes tendràn un porvenir muy
oscuro. Desde luego para resolver definitivamente el problema, màs valdrìa prevenir para
evitar que nuevos niños lleguen a la calle. Pero mientras, es preciso salvar a los que ya
estàn allì. Como en medicina, es ridìculo oponer la prevenciòn a la asistencia, la
hospitalizaciòn a la vacunaciòn.

Una realidad que nos afecta

viernes, 21 de noviembre de 2008

NIÑOS DE LA CALLE UN TEMA QUE NOS COMPETE A TODOS



jueves, 24 de abril de 2008

Violencia Familiar

Son innumerables las formas la violencia familiar. Puede pensarse en violencia hacia los mayores, entre cónyuges, hacia los niños, las mujeres, los hombres, los discapacitados, etc. Además siempre es difícil precisar un esquema típico familiar, debido a que la violencia puede ser física o psíquica, y ocurre en todas loas clases sociales, culturas y edades. la mayoría de las veces se trata de los adultos hacia una o varios individuos.
En la práctica el maltrato tiende a "naturalizarse" es decir se torna cotidiano sobre todo a través de conductas violentas que no son sancionadas como tales. Muchas personas que maltratan son considerados (y se consideran a sí mismos) como de mayor poder hacia quienes son considerados ( se piensan a si mismos) como de menor poder. Cabe destacar que las personas que sufren estas situaciones suelen ocupar un lugar relativamente de mayor vulnerabilidad dentro del grupo familiar. En este sentido la violencia hacia los niños y las mujeres, estadísticamente reviste la mayor casuística, en cambio los hombres maltratados son solo el 2% de los casos de maltrato (por lo general hombres mayores y debilitados tanto físicamente como económicamente respecto a sus parejas mujeres). También cabe enumerar la violencia cruzada, cuando el maltrato pierde el carácter de aparente unidireccionalidad. Desde el punto de vista jurídico resulta dificultosa la comprobación. Cuando se trata de violencia física en su mayoría son lesiones leves, las cuales cuando dejan marcas desaparecen en no más de 15 días.
Por lo general quienes padecen estas situaciones tienen reticencia a denunciar lo que ocurre. Los motivos de este recelo ocupan desde hace muchos años a investigadores y profesionales. Por un lado porque se mantiene una espera de un cambio espontáneo de quién agrede, por otro lado se aceptan las disculpas (típicas) de quién agrede, y se creen las promesas que no se lo volverá a hacer (otro rasgo característico), también influye el temor al prejuicio social, las convicciones ético – religiosas, la dependencia económica, el miedo a represalias, la falta de esperanzas en la eficiencia de los trámites jurídicos, etc. Pero quizás el punto más álgido del razonamiento sobre el maltrato se evidencia en el sostenimiento del vínculo violento. En este sentido entran en consideración tanto el aplastamiento psíquico, la baja autoestima, la educación violenta, como también una consideración al suponer una relación signada de vicios y sistemas psíquicos o relacionales, o un posible montaje estructural subjetivo que impide romper el tipo de relación, etc.
Se debe considerar que la situación violenta no solo la padecen quienes sufren golpes o humillaciones, sino también quién propina esos mismos golpes y humillaciones.
Intervienen al respecto los modelos de organización familiar, las creencias culturales, los estereotipos respecto a supuestos roles relacionales, y las maneras particulares de significar el maltrato.
Es el estado el que debe velar por la protección de las personas involucradas, mediante acciones concretas tales como el dictado de leyes y demás normativas jurídicas, y la generación de espacios educativos, de contención e intervención comunitaria. Cabe destacarse que la represión por parte del estado al agresor no soluciona el problema, por lo que resulta esperable el fomento de una pronta asistencia psicológica hacia el, la, o los agresores que en muchos casos ejerce violencia sólo en la intimidad familiar y privada, ya que en otros ámbitos poseen un comportamiento cordial y afectuoso.


http://www.clinicapsi.com/violencia%20familiar.html